Las características básicas de las pastas no distan demasiado de las observadas en otros tipos anfóricos tardopúnicos de tradición morfológica púnica, si bien al menos en el caso gaditano las proporciones de desgrasantes parecen variar (con una menor cantidad de partículas arenosas y la aparición de otros componentes).
Las características de las pastas resultan tan heterogéneas como diversos fueron los focos de producción regionales que manufacturaron estas ánforas. En el caso gaditano las pastas suelen corresponder con cocciones medias a fuertes que resultan en compuestos de fractura levemente irregular, normalmente con coloraciones homogéneas que incluyen tonalidades verdosas, amarillentas, ocre claro-beige, naranjas y rojizas, y más raramente marrones más oscuras. Los desgrasantes empleados se identifican con cantidades apreciables de granos de cuarzo-cuarcita de origen arenoso (dominando tamaños muy pequeños y colores como el blanco, negro, gris y azulado), junto a nódulos de cal-calcita de tamaño medio-pequeño (o partículas) que no llegan generalmente a erupcionar en superficie y conservan tonos blancos. Asimismo, no resulta extraña la adición de elementos férricos de porte variable, generalmente diminutos, aunque ocasionalmente identificables incluso en la superficie de la pasta. Dichas superficies, con especial incidencia al exterior del envase, suelen presentar un recubrimiento no muy espeso del color de la pasta, o frecuentemente de tonos claros de tendencia amarillenta-beige. Es asimismo característica la presencia de cambios de coloración entre diversas partes de una misma ánfora fruto de la colocación machihembrada de las mismas durante los procesos de cocción, quedando habitualmente los pivotes y la parte interna del cuello con tonos más oscuros (fundamentalmente rojizos), aunque a veces esto se manifiesta también en manchas irregulares en el cuerpo.
Respecto a las producciones relacionadas con Carteia y su entorno, parecen ser predominantes los tonos de pastas rojizos y marronáceos, normalmente homogéneos, fruto de cocciones a menor temperatura o con atmósferas algo más reductoras. Asimismo, en esta zona el desgrasante más frecuentemente utilizado parece ser la cal-calcita, normalmente en pequeños nódulos o partículas, alcanzando en algunos individuos una altísima frecuencia. Esta cal resulta asimismo perceptible en las superficies (especialmente al interior), adquiriendo en muchas ocasiones tonalidades amarillento-verdosas y erupcionando (estallando) incluso en superficie. Asimismo es frecuente la presencia de arena de base silícea-cuarcítica junto a las partículas de cal, y en menor medida, esquistos. Este último componente parece sin embargo mayoritario en las producciones de la zona malacitana, con partículas de tendencia laminar de esquistos granates-grisáceos y puntos negros identificados generalmente como pizarras. Las partículas de cal y la arena también están presentes en estas ánforas de la costa mediterránea bética, aunque en mucha menor proporción que en el tramo atlántico, conjugándose con cocciones de alta temperatura con atmósferas oxidantes (amarillos, beiges) si bien no son extrañas las secciones de pasta de tipo sándwich con zonas interiores más oscuras (incluso grises).
Actualmente en proceso de estudio.