En los estratos del 80/70 a.C., en un ejemplar del depósito occidental de Burriac la pasta es oxidante, muy bien cocida, dura, con sonoridad metálica. Color amarronado-rojizo y núcleo gris. Las paredes son relativamente delgadas, si no fuera por la forma podrían pasar perfectamente por cerámica ibérica a torno (Miró, Pujol y García, 1988, 69 y fig. 590-591).
En los estratos de entre 70/40 a.C., la pasta es parecida: marrón, a veces anaranjada, con el centro gris, que recuerda la del tipo “sandwich”. La cocción es de calidad regular, desgrasante con partículas medianas a grandes (0,5 a 2 mm.) y otras de mica, más pequeñas. Textura dura, compacta, exfoliable, algo rugosa, y con tendencia a formar capas paralelas. A veces conserva restos de engobe, casi desaparecido, ausente en los pivotes (Miró, Pujol y García, 1988, 32 y fig. 140-146). Según Olesti, se ha encontrado también en Iluro (Dr. 1 A), Baetulo (Dr 1 A, 1 B y 1 C), Montpalau (Dr. 1 B) y en los fondeaderos de Vilassar de Mar y Mataró norte (Dr. 1 B y 1C) (Olesti, 1996-97, 199-200).
Ya hemos indicado que en algunos hornos de la comarca se fabricaron posiblemente Dr. 1 con la pasta similar a las producciones layetanas. Así, las de Mataró son de cocción oxidante, con coloraciones que varían del marrón claro al rojo-amarronado, muy depurada, en ocasiones poco desgrasante de cuarzo y mica y otras con abundante cuarzo (García i Rosselló y Gurri i Costa, 1996-97, 408). Fuera del Maresme, pero todavía en la Layetania, la de la Salut (Sabadell) está bien cocida, de color rojo-marrón y abundante desgrasante de cuarzo blanco (Casas, 1987, 20).
Esta dualidad de pastas puede indicar en algunos casos una diferencia cronológica, aunque esto no puede tomarse como una regla absoluta (por ej.: López Mullor y Martín Menéndez, 2008, 37).
En Cabrera de Mar se procedió al estudio arqueométrico de una cuarentena de muestras, procedentes de los vertederos de Can Pau Ferrer y Ca l’Arnau, constatándose que forman un grupo poco calcáreo, aunque con variantes, atribuibles a diferentes etapas en la evolución de las transformaciones mineralógicas durante la cocción (Martínez, Buxeda y Martín, 2005, 393, 396 y 397).
Por otra parte, en Ca l’Arnau se observó una evolución tecnológica, pasando de ánforas poco calcáreas a calcáreas, sin evidenciar diferencias tipológicas. Asimismo, se constató un aumento progresivo de la cantidad de cal con el paso del tiempo en los tipos de ánforas fabricados (Dr. 1, Tarraconense 1 y Pascual 1). Este cambio tecnológico, asociado a la tipología, puede corresponder a la evolución tecnológica del taller y a la puesta a punto de materiales más resistentes, menos pesados y más apropiados a un transporte por mar (Ibidem, 399).