La cronología inicial de la Dressel 23 parece situarse en el paso de los siglos III al IV d.C., más o menos, una generación después de la desaparición de la Dressel 20, y como consecuencia del devenir histórico de la Dressel 20 parva en el árbol evolutivo de las ánforas olearias de la Bética. El comercio oleario bético con ánforas Dressel 23 está ampliamente documentado por la arqueología en contextos del s. IV d.C. Se encuentra en el limes germánico representado por el conjunto arqueológico del mausoleo de San Gereón en Colonia, donde unas 1.200 ánforas de este tipo fueron reaprovechadas para la construcción de las bóvedas del monumento funerario (Remesal, 1991, 359; González Cesteros, 2010, 110). Durante todo el s. IV d.C. se documenta el uso de ánforas Dressel 23 para la construcción de bóvedas en edificios públicos y privados de Roma y sus alrededores (Lancaster, 2005). Según cálculos de E. Rodríguez Almeida (1984, 166-167, figs. 68 y 69) cerca de 6.000 ánforas béticas de pequeño tamaño fueron reaprovechadas para levantar las bóvedas del Circo de Magencio en la Vía Apia hacia los primeros años del s. IV d.C. Durante la primera mitad del s. V d.C. el aceite del Valle del Guadalquivir se exportó mayoritariamente a las ciudades hispanas y galas de la fachada noroccidental del Mediterráneo junto con otros productos béticos y lusitanos de distinta naturaleza (Keay, 1984; Remolà, 2000; Berni y Moros, 2012). La alta densidad de ánforas Dressel 23 documentadas en los conjuntos cerámicos tardorromanos de este período, parece ser indicativo de una situación particular de bonanza económica y comercial ocurrida poco después que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. La difusión de ánforas Dressel 23 entre la segunda mitad del s. V y el s. VI d.C. es poco conocida (Bernal y Bonifay, 2010), probablemente, debido a una caída significativa de las exportaciones del aceite desde la Bética.
La misma zona de producción que su predecesora Dressel 20, por las dos orillas de los ríos Guadalquivir (Baetis) y Genil (Singilis), en el triángulo formado por las capitales de tres conventus de la Bética: Hispalis, Corduba y Astigi. El estado actual de la investigación en Andalucía es bastante restringido. Las ánforas Dressel 23 están presentes en aquellas alfarerías con vestigios de las últimas Dressel 20 del tercer cuarto del s. III d.C. Desde el punto de vista arqueológico contamos tan sólo con las informaciones proporcionadas por las excavaciones de El Tejarillo (Remesal, 1983) y Azanaque-Castillejos (Romo Salas y Vargas Jiménez, 2000, 405-417). Cabe subrayar también, una fuerte concentración de estas ánforas en las alfarerías de Isla de la Barqueta, las Monjas/Soto del Rey (figura 4), Pichacos. Existen evidencias esporádicas de estas ánforas en Arva, La María, Villar Tesoro, etc.
Figura 4.- Forma Dressel 23/Keay XIIIA de las Monjas/Soto del Rey (Berni y Moros, 2012, fig. 19) |