La datación inicialmente propuesta para esta forma oscilaba desde época medio-augustea y los años ochenta del s. I d.C., en función de los contextos de hallazgo de bordes tanto en los niveles constructivos de alguno de los hornos excavados en la Venta del Carmen como en los estratos de abandono de dicha figlina campogibraltareña (Bernal, 1998, 172). Poco después, atendiendo a parámetros formales y a la semejanza con algunas formas de la familia de las Dr. 7/11 evolucionadas, se propuso una datación inicial más tardía para esta forma, interpretando los restos reutilizados en la fábrica (muro M-110) del horno alfarero H-102 de la Venta del Carmen como una posible reparación (García Vargas, 2001, 81; García Vargas, 2010, 584 y 592). A esperas de poder verificar esta interesante propuesta en el futuro, se propone una datación a lo largo de todo el siglo I de la Era, restando a verificar la primera parte de este intervalo, ya que las cronologías de época neroniana y flavia son evidentes. En la Puerta Califal de Ceuta aparecen tanto en contextos del s. I (Fase I, 40-100 d.C.) como de la primera mitad del s. II d.C. (Fase II, 100-150 d.C.), aunque se desconoce si ya en dichas fechas eran residuales o no.
Fabricada en la Bahía de Algeciras con seguridad, al menos en el taller de la Venta del Carmen (Los Barrios), perteneciente posiblemente al ager de Carteia, se han advertido similitudes con bordes hallados en otros talleres de la bahía de Cádiz como Manoteras, Fábrica Lavalle o Villanueva (Bernal, 1998, 173), aunque debido al estado fragmentario del material recuperado no es posible verificar dichas atribuciones actualmente, por lo que el único taller en el cual está demostrada su fabricación con seguridad es el que da nombre a la forma (Lagóstena y Bernal, 2004, 107).