La pasta de esta forma se aleja notablemente de la denominada “Bahía de Cádiz”, siendo rojiza y, en ocasiones, con una coloración gris exterior.
A pesar de haberse documentado en un único taller, la diversidad de pastas es notable, habiéndose definido seis grupos macroscópicos, adecuándose esta producción a la denominada pasta anaranjada o tipo “A”, definida por una variación cromática entre el rojo tenue (Cailleux P13) o distintas tonalidades rojas (P17 y R20). Son pastas con fractura regular, poco rugosas al tacto y con múltiples vacuolas redondeadas muy pequeñas y frecuentes, junto a diversas inclusiones cuarcíticas de pequeño a ínfimo tamaño muy abundantes, y otros oscuros de diversa morfología y origen (Bernal, 1998, 191-192).
Se caracterizan por la presencia de cuarzo, feldespato potásico, calcita y filosolicatos mayoritarios, junto a esmectita, caolinita e ilita, donde la arcilla no se selecciona, sino que únicamente se refina su granulometría en las diversas fases de elaboración acontecidas en el taller (datos detallados en Vigil, Cuevas y García, 1998, 297).