Un ejemplar completo procedente de Arlés (figura 2), ratifica su difusión marítima. Se trata de un ánfora procedente de las excavaciones subacuáticas realizadas en el año 2009 en Arlés (Bouches-du-Rhône, Francia), dirigidas por L. Long (DRASSM - CNRS UMR5140, équipe TP2C), cuyo estudio del mobiliario cerámico está siendo realizado actualmente por G. Duperron (Doctorando de la Université Montpellier 3 - CNRS UMR5140 équipe TP2C). Procede de los depósitos marinos del Ródano, habiendo sido documentada en prospección superficial en la denominada zona 3, en la cual se localiza un importante depósito portuario de época altoimperial (referencias contextuales ampliamente detalladas en Long y Duperron, 2011, 37-38, figura 1; datos generales sobre el otro pecio localizado en las inmediaciones en Djaoui, Greck y Marlier, 2011). La pieza objeto de nuestra atención se encuentra prácticamente completa, a excepción del tramo distal del pivote, que en origen debió ser hueco (figura 2). Presenta una longitud total aproximada de 70 cms. y una anchura de 20 cm., presentando todos los detalles propios de esta forma: amplia boca de dimensiones desorbitadas (16 cms. diámetro), asas muy desarrolladas de sección oval y cuerpo fusiforme muy estilizado, con múltiples concreciones superficiales resultado de su deposición en contexto subacuático.
Este hallazgo es de gran interés pues constituye la verificación incontestable de la exportación de estas ánforas gaditanas a contextos ultramarinos, descartando que se trate de formas destinadas a un comercio local/regional, lo que a priori sería lógico pensar guiados por la escasez de hallazgos publicados. Efectivamente, un escrutinio bibliográfico intensivo ha dado muy pocos resultados, por lo que pensamos que estas ánforas, en estado fragmentario, han sido confundidas con las Dr. 12 –cuerpos- o con sus homólogas salsarias de época altoimperial –asas y cuerpo de Beltrán II A o B-.
Recientemente se han documentado en diversos yacimientos de Sevilla, en trabajos en curso de desarrollo (El Puntal –Isla Mayor- e Ilipa), por lo que es muy probable que la nómina de hallazgos se amplíe notablemente en el futuro.
En relación al contenido asociado a este envase, carecemos de datos directos al efecto –tituli, paleocontenidos, restos de resina o analíticas de residuos-, si bien de forma indirecta pensamos que su relación con las conservas piscícolas parece la propuesta más razonable en el estado actual de la investigación: por su morfología, derivada de las Dr. 12 y con muchas similitudes con otros envases salsarios; y por su manufactura en una zona cuyo mercado tradicional era el envasado de los productos marinos. Quizás sí convendría plantear la dicotomía existente entre las ánforas Puerto Real 1 y 2, de grandes dimensiones y notable capacidad, y éstas, que prácticamente tendrían cabida para un tercio del producto (entre 15 y 20 litros/kilos aprox.), lo que hipotéticamente permitiría pensar para ellas en un alimento diverso y quizás más refinado, en la línea más de las salsas saladas que de salsamentum.