Se trata de un contenedor que surge durante la primera mitad del siglo III a. C. en el Guadalquivir y no antes de la mitad de esta centuria en la bahía de Cádiz. Aunque se han señalado fechas dentro aún del siglo IV para la aparición del tipo (García Vargas, 1998), lo cierto es que no se documentan claramente fallos de cocción de ánforas del tipo Pellicer D en ninguno de los contextos productivos del Bajo Guadalquivir fechados entre fines del siglo V a.C. (Cerro Macareno, San José de la Rinconada, Sevilla: Fernández Gómez, Chasco y Oliva, 1979, Ruiz Mata y Córdoba, 1999) y fines del IV-principios del III a. C. (Itálica: Luzón Nogué, 1973 y Carmona-Albollón: Belén Deamos, 2006), donde existen, por el contrario, evidencias de producción de su “predecesora”, la forma Pellicer B-C.
El fin de la producción debe situarse poco antes del cambio de era, momento a partir del cual deja de documentarse en los lugares de consumo habituales. Las cronologías más tardías para la producción de la forma se constatan hoy por hoy en los alfares tempranoaugusteos de Carmona, donde conviven con Haltern 70 y otros tipos minoritarios del Guadalquivir (García Vargas, Almeida y González Cesteros, 2011). Hacia el cambio de Era, los fragmentos de Pellicer D en los yacimientos del Guadalquivir son terminales o residuales, desapareciendo antes del boom del aceite bético que es un fenómeno propio ya de época julio-claudia.
Se asume generalmente una dualidad de producciones de la forma en talleres del Guadalquivir y de la costa atlántica (García Vargas, 1998), aunque hasta el momento no se ha asignado con claridad la producción de este tipo a ninguno de los talleres gaditanos conocidos. Recientes trabajos dejan, sin embargo, pocas dudas (Sousa y Arruda, 2010, 959) acerca de la procedencia gaditana de un grupo de estos contenedores y añaden, además, la posibilidad de una serie local algarvia de la forma. Por contra, se desvanece de momento la serie marroquí que ha sido propuesta a partir de los trabajos de M. Ponsich (1969) en la alfarería de Kouass, en Arcila, pues los estudios más recientes no aseguran una pertenencia local para los ejemplares de la forma detectados en este establecimiento (Aranegui, Kbiri Alaoui y Vives, 2004, 366; Kbiri Alaoui, 2007, 66).
En el Guadalquivir se señala su producción en talleres tardorrepublicanos y tempranoaugusteos de Carmona (García Vargas, Almeida y González Cesteros, 2011). La forma fue probablemente fabricada también, como se ha indicado en alfares del área de influencia púnica gadirita, siendo frecuente en contextos de consumo del Castillo de Doña Blanca (Niveau de Villedary y Mariñas, 2002), Castro Marim, en el Algarve portugués, donde, como se ha señalado, se propone una producción tardía del tipo (Arruda et alii, 2006), que, no obstante, ha sido recientemente puesta en duda (Viegas, 2011b, 167).