Se trata de una tipología que apenas se sella, por lo que los hallazgos de marcas son muy escasos. La moda del sellado es tardía, y guarda relación con la reorganización de los talleres artesanales en época julio-claudia por la eclosión del ánfora globular Dressel 20 que se fabrica en los mismos talleres. Es justamente entonces cuando la Haltern 70 aparece ocasionalmente sellada, en el labio, en las asas, o junto al arranque inferior del asa. Las ánfora béticas Haltern 70 y Dressel 20 llegaron a compartir los mismos tria nomina, como quedó documentado en el catálogo de sellos de la publicación de Culip VIII (Moros y Berni, 2004).
En lo relativo a las inscripciones pintadas, se sabe desde el hallazgo del pecio de Port-Vendres II que las producciones Haltern 70 y Dressel 20 del valle del Guadalquivir fueron exportadas hacia sus destinos con los mismos nombres de comerciantes (Colls et alii, 1977). Sobre su contenido, actualmente disponemos de repertorio de inscripciones pintadas y de restos en el interior de los envases que apuntan a un ánfora multiusos, que contenía distintos productos derivados de uva, aceitunas en conservante y derivados de pescado (Aguilera, 2004).
Los grafitos ante cocturam en el pie del ánfora suelen ser bastante frecuentes.