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Dario Bernal Casasola, «Gauloise 4 (Baetica coast)», Amphorae ex Hispania. Landscapes of production and consumption (http://amphorae.icac.cat/amphora/gauloise-4-baetica-coast), 10 July, 2016

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Las ánforas vinarias gálicas de fondo plano, conocidas con antelación gracias especialmente a las estratigrafías ostienses (Panella, 1973), fueron definitivamente sistematizadas gracias a los trabajos de Fanette Laubenheimer (1985, 261 - 293).

Con posterioridad fueron identificadas diversas imitaciones de dichos tipos en la península ibérica, especialmente en la zona costera de la tarraconense, destacando entre todas las de L’Almadrava en Denia, bien estudiadas en los años ochenta, y denominadas inicialmente Dr. 30 e incluso con sellos, las cuales constituyeron un hito en su momento (Gisbert, 1987, 109-110). Más tarde han sido documentadas imitaciones de las mismas a lo largo prácticamente de toda la costa litoral hispana, si tenemos en cuenta los hallazgos desde Llafranc en Gerona (López Mullor y Martín, 2008) pasando por los ya citados de Denia en Alicante, los que ahora comentaremos en la costa oriental de Baetica (área de la antigua Selambina) y hasta la propia Bahía de Cádiz, con los datos de Puente Melchor (García Vargas, 1998, 118 y 380, fig. 62, 10). En Lusitania la variante más antigua de la Almagro 51c, fabricada en la desembocadura del Sado en Abul y en otros yacimientos (Mayet y Silva, 1998, 120-123) no es otra cosa, a nuestro juicio, que una versión local de las G.4 de fondo plano, que los colegas portugueses denominan Lusitana  3. Y, por último, las producciones recientemente identificadas en los hornos gallegos de Bueu, de época medio imperial (ss. II – III d.C.), que constituyen claramente imitaciones de ánforas vinarias galas con sus peculiaridades formales (Morais, 2007). Todo ello ha conllevado recientemente a definir a estas imitaciones peninsulares de las G.4 como una “producción panhispánica”, constituyendo todas ellas parte de un complejo universo formal que en parte está aún por descubrir y sistematizar (Bernal, 2009, 43-44).

Las producciones béticas afines a las Gauloise 4 fueron identificadas por primera vez en la costa de Granada, gracias al hallazgo de una parte de parte de las instalaciones de procesado viti-vinícola de una villa en la Loma de Ceres, en Molvízar (Marín, 1988), junto a las cuales se asociaron desechos de ánforas de producción local (Gener, Marfil y Puentedura, 1993) y, especialmente, al estudio sistemático de los alfares de la cuenca baja del río Guadalfeo (Bernal y Navas, 1998) y a la excavación en extensión de la figlina de Los Matagallares en Salobreña, donde fueron definidas in extenso por primera vez (Bernal, 1998 a, 267-276; Bernal, 1998 b). En paralelo a estos últimos hallazgos citados, las excavaciones y publicación del alfar de Puente Melchor en Puerto Real, en plena bahía gaditana, puso de manifiesto la existencia de ánforas de fondo plano clasificadas como del tipo Keay I, aunque sus estudiosos tuvieron claro desde el principio que se trataba de imitaciones de envases vinarios muy emparentados con las producciones gálicas (García Vargas, 1998, 117). Desde entonces las novedades han sido mínimas en los últimos años.

Para la definición formal del tipo utilizamos la información procedente de los ejemplares granadinos de Los Matagallares, únicos completos hasta la fecha (figura 1).

Figura 1.- Dibujo y fotografía de una G.4 completa de Los Matagallares (Bernal, 1998 a, 269, fig. 98 nº 88 y 271 fig. 100)

Se trata de envases de reducidas dimensiones (unos 60 cms. de altura total) que se ajustan a dos variantes en esta figlina, definidas en función de la morfología del borde. Las denominadas “G.4, variante A o de borde bilobulado”, caracterizadas por presentar una carena en la parte mesial o baja del borde (figura 2); y las de la variante B o borde simple, engrosado semicircularmente al exterior, que es idéntico al de sus prototipos galos (figura 3).

Figura 2.- Bordes bilobulados de la variante A (Bernal, 1998 a, figs. 98 y 99, nº 89 y 91) Figura 3.- Bordes simples de la variante B (Bernal 1998 a, 275, fig. 103, nº 99 y 100)

Los cuellos son cortos, bien cilíndricos, bien con sección en hipérbole, siendo muy características las asas en todas las ocasiones de cinta y trayectoria de cuarto de círculo, las cuales se insertan en la parte media o baja del cuello y se apoyan en la parte de la panza, la cual es a su vez piriforme invertida y suele estar profundamente acanalada, resultado de un torneado poco cuidado que no las ha disimulado. Los fondos son en todas las ocasiones planos, con pie destacado de sección triangular o subrectangular (figura 4), los cuales a pesar de sus aparentes diferencias se relacionan con la misma forma –siendo similar el primero de ellos a las conocidas producciones de la Cesariense.

Figura 4.- Fondos de la variante A (Bernal, 1998 a, figura 101)

En Puente Melchor se han definido asimismo dos variantes, la A de forma semicircular (figura 5), y la B con un borde de sección subrectangular de extremo apuntado (figura 6). Es muy probable en que otros talleres se den sensibles diferencias, si bien la importancia de estas formas es que copian con claridad los modelos del sur de Francia, siendo identificables de sus prototipos básicamente por la macroscopía de sus pastas.

Figura 5.- Borde de la variante A de Puente Melchor (García Vargas, 1998, 380, fig. 62, 10) Figura 6.- Borde de la variante B de Puente Melchor (García Vargas, 1998, 381, fig. 63, 2)