En el estado actual de la investigación, el análisis de la distribución y comercialización del tipo Dressel 23 producido en el litoral bético viene limitado por el hecho de que la mayor parte de las ánforas de este tipo documentadas en lugares de consumo se han atribuido de manera automática al valle del Guadalquivir, el área de producción más conocida, o bien no se ha especificado procedencia. La principal excepción la constituye el reciente trabajo de Fantuzzi y Cau (2017), donde tras analizar un numeroso conjunto de muestras de Dressel 23 de diferentes yacimientos del litoral del noreste de la península ibérica y la isla de Mallorca, se constata la presencia de ejemplares con pastas atribuibles al litoral malacitano en los yacimientos de Tarraco, Iluro (Mataró, Barcelona) y en Sa Mesquida (Mallorca). De especial interés es la importante proporción que las Dressel 23 de pastas malacitanas alcanzan en algunos contextos de Tarraco, llegando a superar en número a las del valle del Guadalquivir en el yacimiento de Vila-roma, datado entre el 425/450 y el 475 (Remolà 2000; Fantuzzi, Cau 2017).
Dado que la forma Dressel 23D es exclusiva de la costa bética (ver apartado “características”), queda demostrada la presencia del aceite de este origen en el área catalana, pues junto a los ya mencionados, encontramos otros yacimientos donde se registra esta variante (Berni 1998; Járrega 2000, 608-609; entre otros). De igual modo, en el Portus Ilicitanus (Santa Pola, Alicante) se señala la presencia de ánforas Dressel 23 con las mismas pastas que ánforas Almagro 51C (Márquez 1999, 280), por lo que, posiblemente, estemos ante ejemplares del litoral bético. Asimismo, también es probable que tuviese un origen malacitano los ejemplares de Dressel 23D localizados entre el cargamento del pecio Chrétienne D (Joncheray 1997), así como en Les Catalans (figura 5), pecio hallado en Marsella (Liou 1973, 21, fig. 18).
Figura 5.- Ánforas sudhispanas del pecio “Les Catalans” expuestas en el Musée des Docks de Marsella (Fotografía Piero Berni) |
Las ánforas Dressel 23 del litoral bético también se comercializarían hacia la fachada atlántica, como evidencian los hallazgos en el Algarve portugués, en concreto en las antiguas ciudades de Balsa (Torre de Ares, Tavira) y Ossonoba (Faro) (Viegas, 2011, 213), donde hay presencia de ejemplares de Dressel 23 con pastas malacitanas, procedencia a la que probablemente también pertenezca el ánfora Dressel 23 de la variante D encontrada en el estuario del río Arade (figura 6).
Figura 6. Dressel 23D encontrada en el estuario del río Arade (Fonseca 2015, 80, fig. 49). |
En definitiva, a pesar de que los hallazgos de Dressel 23 con origen en el litoral bético son todavía escasos, cabe pensar que tendrían una distribución muy notable tanto en el Mediterráneo occidental como en el litoral atlántico, en especial durante el siglo V d. C. y que, en todo caso, sería superior a la actualmente reflejada en la literatura científica. En este sentido, confiamos en que el cada vez mayor conocimiento de las pastas cerámicas de la costa malacitana (ver apartado “Arqueometría”), permitirá en los próximos años una aproximación más cercana a su verdadero alcance comercial.
Aceite de oliva, por las características morfológicas del recipiente y su afinidad con las producciones del valle del Guadalquivir. Esta hipótesis se ve reforzada por recientes análisis de residuos orgánicos (Pecci, Cau 2014) que ofrecen indicios directos de la presencia de aceite vegetal en un ejemplar de Dressel 23A y otro de Dressel 23D, ambos producidos en la costa bética de acuerdo al análisis inorgánico de sus fábricas (Fantuzzi, Cau 2017).