Las series costeras de las Dressel 1 de la Ulterior son las más conocidas y las mejor definidas desde el punto de vista tipológico de entre las imitaciones de Dressel 1 provinciales, y forman parte de un horizonte general de imitaciones de estos tipos anfóricos que, en lo que hace a la Península Ibérica, se documenta igualmente en el valle del Guadalquivir (García Vargas, Almeida y González Cesteros, 2012) y en la Citerior septentrional costera (López Mullor y Martín Menéndez, 2008). Los ejemplares más antiguos de la forma en la Ulterior costera parecen integrarse sin mayores problemas en la variante A del tipo. En la bahía de Cádiz, estas Dressel 1A serían las sucesoras de las llamadas “grecoitálicas de transición” (Sáez Romero 2008, 574) producidas en los talleres de San Fernando. En otros lugares, como la Bahía de Algeciras, no se conocen hasta la fecha tipos itálicos de imitación anteriores a las Dressel 1A que comparecen en la fase II de El Rinconcillo (Fernández Cacho 1995), a excepción de los recientes y prometedores hallazgos de Carteia (Bernal et alii, 2011).
Figura 1.- Dressel 1 de producción regional procedente de estratos de finales del s. II a.C. en Baelo Claudia (Bernal, Arévalo y Sáez, 2007, 256, fig. 25, A4) |
Ejemplares completos de Dressel 1A de imitación cuyas pastas sugieren un origen en la bahía de Cádiz proceden de las excavaciones en el complejo VI de la factoría de salazones de Baelo Claudia (Bernal Casasola et alii, 2003; Bernal, Arévalo y Sáez, 2007). Se trata de ánforas aún tipológicamente próximas a las grecoitálicas de transición, con cuerpos apuntados rematados en pivote macizo, hombros carenados, alto cuello cilíndrico ligeramente estrechado en su tramo intermedio, asas de sección oval con perfil sinuoso y bocas de borde triangular (figuras 1 y 2).
Figura 2.- Dressel 1 de producción regional procedente de estratos de finales del s. II a.C. en Baelo Claudia (Bernal, Arévalo y Sáez, 2007, 256, fig. 25, A5) |
La transición entre grecoitálicas terminales y Dressel 1A parece realizarse en alfares de la actual San Fernando, como Pery Junquera, en torno a 140-130 a. C. (Bustamante y Martín Arroyo 2004, 444-445), sin que sea fácil determinar las modalidades de esta transformación dado el carácter sumamente fragmentario del material. Un alineamiento progresivo del borde con la dirección vertical de la pared del recipiente (frente a los aleros horizontales de las Grecoitálicas) y un aumento de su altura (de de 2,8 a 3,5 cm. o más) parecen criterios orientativos para clasificar los bordes en una categoría formal u otra. A ello, habría que añadir la obtención de un índice superior a 1,2 en la relación altura/anchura máxima de algunos de estos bordes, índice que según algunos investigadores (Gateau, 1990) establecería el límite entre los de Grecoitálica tardía (< 1,2) y los de Dressel 1A (> 1,2), si bien faltaría por comprobar si este parámetro es también de aplicación a las producciones de imitación provincial.
Del alfar de El Rinconcillo (Algeciras) se conocen sólo algunos bordes cortos de sección triangular que pueden atribuirse sin mayores problemas a la variante A de Dressel 1 y que presentan alturas en el entorno de 3,4-3,5 cm. e índices altura/anchura en torno a 1,5 (figura 3).
igura 3.- Bordes de Dressel 1 A del taller de El Rinconcillo (Fernández Cacho, 1995, 205, lám 1, nº 1 y 2) |
Las imitaciones de Dressel 1C son las más frecuentes en la Ulterior costera. Desde los trabajos de R. Etienne y F. Mayet (1995) sobre las Dressel 1C de Baelo Claudia y los de A Hesnard (1998), algunos autores tienden a considerarlas como formas antiguas o arcaicas de Dressel 12, y a incluir en el seno de las Dressel 12 de la Ulterior meridional ejemplares que se clasificarían sin muchas dudas como Dressel 1. La cuestión es, desde luego, más compleja. Es evidente la proximidad formal entre Dressel 1C y Dressel 12. También es conocido el hecho de que algunas series de Dressel 1 de la Ulterior envasaron salazones, pero la presencia de conservas de pescado en imitaciones de Dressel 1 no las invalida como tales, puesto que, morfológicamente, constituyen sólo el final de una tradición relativamente larga de imitación de tipos itálicos (grecoitálicas) en alfares púnicos sudhispanos para este mismo cometido (Sáez Romero, 2008, 2010).
No se conocen ejemplares completos de Dressel 1C regionales, pero los individuos procedentes del alfar de la calle Gregorio Marañón de Cádiz, como los ilustrados en la figura 4 (García Vargas, 1996 y 1998) y de las diversas excavaciones realizadas en el taller de El Rinconcillo (figura 5), en Algeciras (Sotomayor, 1969; Fernández Cacho 1994 y 1995; Bernal Casasola y Jiménez-Camino Álvarez 2004) presentan una morfología muy similar a la “canónica” de los “prototipos” itálicos: borde triangular alto (entre 6 y 7,1 cm.), cuello troncocónico con máxima anchura (ca. 15-16 cm.) en la base (media 12,5 cm.) y asas de sección ovoide y de perfil flexionado (en “ese”), que arrancan justo debajo del borde y descansan sobre la marcada carena que separa el cuello del cuerpo del recipiente, llegando a alcanzar los 30-35 cm. de altura. Los pivotes son altos (9-11 cm.) macizos y troncocónicos, pero algunos ejemplos fragmentarios del alfar de la calle Javier de Burgos de El Puerto de Santa María que se documentan en asociación a bordes y paredes de Dressel 1 son cortos y estrangulados en la unión con el cuerpo, definiendo así un perfil hemiesférico.
Figura 4.- Dressel 1 C de la c/ Gregorio Marañón de Cádiz (García Vargas, 1998, 347, fig. 29, nº 5) | Figura 5.- Dressel 1 C de El Rinconcillo (Fernández Cacho, 1995, 207, lám 3, nº 3) |
Bordes más altos (entre 7,2 y 8,4 cm.) con paredes más sutiles, a veces ligeramente moldurados y/o ligeramente cóncavos al interior, presentan los ejemplares del taller de El Rinconcillo que, por lo demás, siguen siendo representaciones bastante reconocibles de los tipos itálicos a los que imitaban. Lo mismo puede decirse para las Dressel 1C más tardías (segunda mitad del siglo I d. C.) de las que se conocen ejemplares procedentes del Puerto de Santa María (alfar de la calle Javier de Burgos), y ejemplos muy fragmentarios recogidos en prospecciones superficiales en alfarerías de la bahía de Cádiz (Lagóstena, 1996), donde se documenta la forma en Las Manoteras y Laguna Salada (en el término municipal actual de El Puerto de Santa María) y en Cantera Lavalle y Casines (en el de Puerto Real), a los que hay que unir Casa del Gallego (en el último de los términos citados: Perez López et alii, 2004). En algunos de estos lugares se propone igualmente la presencia de bordes de Dressel 1B locales.
Al respecto de la existencia de series de esta última variante (Dressel 1B), un conjunto de piezas de mediados del siglo I a. C. producidas en el alfar de la calle Javier de Burgos de El Puerto de Santa María (García Vargas, 1998) presentan pequeñas variaciones en la forma de borde o del cuello que hace que se acerquen tipológicamente a las características de esta última variante: bordes rectos al exterior y cóncavos al interior y cuellos más anchos en la unión con la boca o de tendencia casi perfectamente cilíndrica (figura 6). Un aspecto similar al de estas Dressel 1 “peculiares” de Javier de Burgos presenta un tercio superior de ánfora Dressel 1 ¿B? de producción gaditana documentado en las excavaciones del Albaicín granadino (Pérez Rivera 2001, 238, fig. 3), lo que puede hacer pensar en la fabricación minoritaria y contemporánea de Dressel 1 de imitación que no se ajustan al milímetro a los parámetros canónicos de la variante C, al menos en los momentos finales de la producción del tipo (figura 7). Ello no justifica, sin embargo, la denominación Dressel 1B. Primero, porque la entera clasificación de las Dressel 1 basada en estas variantes puede ponerse en cuestión, y luego, porque las imitaciones provinciales tienen su propia lógica interna que hace posible la existencia de series “peculiares” desde el punto de vista tipológico, como las llamadas “Dressel 1 citeriores” (López Mullor y Martín Menéndez 2008, fig. 1.6) y tal vez también estas series peculiares de la Ulterior que no se dejan encuadrar como imitaciones de Dressel 1C.
Figura 6.- Dressel 1 de la c/ Javier de Burgos en El Puerto de Santa María (García Vargas, 1998, 349, fig. 31, nº 1-4) |
La primacía de las imitaciones de Dressel 1C en ámbito isleño y continental de la bahía de Cádiz es, con todo, innegable durante el siglo I a. C., como se comprueba en los ejemplos aducidos arriba e, igualmente, en otros centros alfareros de las campiñas gaditanas como el del Jardín de Cano en El Puerto de Santa María, cuyas producciones de la primera fase (Pérez Rosendo, 2010) certifican la fidelidad a los prototipos originales de Dressel 1C, mientras que para otros ámbitos provinciales con imitaciones locales de Dressel 1C, como el Cerro del Mar (Torre del Mar, Málaga: Arteaga Matute, 1985), la evidencia es sumamente fragmentaria, pues se restringe a series de bordes que, sin embargo, se asimilan en su mayoría a las características formales canónicas de esta variante del tipo Dressel 1.
Figura 7.- Dr. 1 de producción gaditana procedente de Granada (Pérez Rivera, 2001, 238, fig. 3) |