Hace ya 30 años que Miguel Beltrán publicara su libro “Ánforas romanas en España”, que se convertía en poco tiempo en un verdadero hito para el estudio de estos envases comerciales romanos, no tan sólo en nuestro país, sino en la mayoría de países europeos.
Su trabajo pionero definió los grandes temas a tratar para el estudio de las ánforas romanas, sentando las bases de la futura investigación española en este campo de la Arqueología e Historia económica de Roma. Desde entonces, las ánforas hispanas han adquirido un especial protagonismo con diferentes enfoques: el estudio de las zonas de producción de los envases, de su distribución y consumo en las provincias occidentales del Imperio romano, su clasificación formal y, ya más recientemente, la arqueometría con el estudio de la composición de las arcillas cerámicas. Como resultado de todo ello, podemos afirmar que en la actualidad existen numerosos especialistas españoles y portugueses sobre esta materia tan compleja, reconocidos en el extranjero por sus sólidos y multidisciplinares trabajos de investigación.
Aún así, el estudio de las ánforas hispanas carecía de falta de una visión de conjunto consensuada por la investigación, que incluyera, por ejemplo, una terminología común y acordada por los especialistas para definir las tipologías, un mapa general sobre la caracterización de pastas cerámicas tomadas de los mismas alfarerías, y otro para los contenidos de los envases, así como estudios cronológicos, espaciales y socio-históricos que permitan superar nuestro estado actual del conocimiento. La gran especialización en estudios de las tipologías anfóricas, así como la investigación de los centros de producción y mercados de consumo, están aportando substanciosos conocimientos, si bien hasta ahora la investigación ha evolucionado de un modo atomizado, sin conexión entre los distintos investigadores y áreas (tanto geográficas como temáticas) que afectan a este campo de estudio. Por ello, ahora es necesario establecer comparaciones, tendencias, coincidencias o diferencias; y para ello es requisito indispensable trabajar en red aprovechando el potencial de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, para combinar esfuerzos y extraer beneficios comunes a los distintos conocimientos y al potencial de cada uno de los investigadores.
Producir y difundir ciencia a distancia a través de las TIC y las Humanidades Digitales es la tendencia prioritaria que se viene aplicando en los últimos años para potenciar el modelo de desarrollo académico y maximizar los resultados científicos, con la gestión y el aprendizaje del conocimiento asistidos por las ciencias de la computación. A nivel internacional se están desarrollando otros proyectos similares que pretenden establecer las bases para intercambiar todo tipo de información arqueológica con la finalidad de establecer técnicas de cuantificación y caracterización consistentes que nos permitan obtener nuevos conocimientos, más allá de los métodos tradicionales. En este sentido, la Arqueología española y portuguesa, tanto por la formación de sus investigadores, como por la disponibilidad para su estudio de abundantes datos, dispone de las condiciones ideales para liderar esta clase de proyecto a nivel internacional.