Las ánforas olearias Dressel 20 de la Bética registran la más amplia y compleja información epigráfica con distintas clases de inscripciones.

  • Los grafitos ante cocturam guardan relación con la fabricación de los envases (A1).
  • Los sellos guardan relación con la producción de las ánforas (A2).
  • Los tituli picti informan sobre las propiedades del contendido con datos para la comercialización del producto envasado (B1).
  • Los grafitos post cocturam guardan relación con el consumo del producto envasao (B2).
Figura 6.- Sistema epigráfico completo del ánfora Dressel 20 (Piero Berni Millet) 

Durante la primera fase de la fabricación del recipiente de barro se anotaban los grafitos ante cocturam en diferentes partes del objeto. El sello se colocaba casi siempre en el asa y representa la culminación de un encargo sobre un conjunto de ánforas.

Las inscripciones pintadas del ánfora olearia bética son bien conocidas por el material del Monte Testaccio gracias a los trabajos de Dressel en CIL XV y, posteriormente, de Rodríguez Almeida (1984). Como ya viera Dressel en su día, se organizan con cinco elementos que, a diferencia de otras ánforas, comparten dos rasgos importantes: se escriben siempre en una posición fija y su significado es constante (figura 6). Estas se escribían en las mismas alfarerías del valle del Guadalquivir durante la operación de trasvase del aceite o embotellamiento, y registran la siguientes informaciones:

  • En el cuello el elemento α nos da la tara del ánfora (ca. 30 kg).
  • En la parte media de la panza la letra griega γ registra el neto del aceite (ca. 70 kg).
  • En la campana superior está β con el nombre del propietario del ánfora y al mismo tiempo del producto envasado, tradicionalmente asignado al comerciante oleario
  • La única inscripción cursiva es δ, escrita transversalmente bajo el asa derecha, con los datos útiles sobre el embotellado.
  • En la raíz del asa, junto al elemento anterior, está ε con una cifra numérica de significado desconocido.

Los grafitos post cocturam se aplicaban en el lugar de recepción de la mercadería, siendo muy frecuentes en los ambientes militares del limes (Martin-Kilcher 1983), a veces con el nombre completo o abreviado del destinatario final, más frecuentemente con cifras de capacidad (modii sextarii) que son anotaciones sobre el aceite extraído del ánfora (figura 6).