Resulta habitual asignar fragmentos e incluso ejemplares completos de Ovoide 5 al tipo LC 67 (Ovoide 1) a partir de un rasgo formal común que ni siquiera es exclusivo de estos contenedores: la moldura o anillo medial que presentan en el cuello. Sin embargo, los rasgos morfológicos del borde, del cuello, de la inserción de éste en los hombros o del cuerpo de las Ovoide 5 son tan peculiares y, en general, definen un recipiente de tan acusada “personalidad” que no conviene que quede “oculto” o incluido en el interior de otros tipos, máxime cuando estas características formales son ya las propias de las Ovoide 5 desde el momento de su aparición, sin que parezca que deban nada desde el punto de vista morfológico a las Ovoide 1 (Clase 67/LC 67).
Figura 1.- Ovoide 5 completa procedente de Ceuta (Bernal, 2007) |
Los bordes de Ovoide 5 son claramente diferenciables por su sección subtriangular o, menos frecuentemente, subrectangular; son rectos al exterior y con labio colgante “asumiendo casi la forma de un pequeño faldón” (Almeida, 2008: 126; García Vargas, Almeida y González Cesteros 2012). Los cuellos, y esto parece especialmente frecuente en los ejemplares de Ovoide 5, tienen una marcada tendencia cilíndrica, por lo que su inserción en los hombros del recipiente marca una violenta ruptura de curva, como si hubiesen sido insertados en el cuerpo “a presión”, característica que sólo volveremos a encontrar en las Ovoide 9 y en algunos ejemplares de variantes tempranas de Haltern 70. Las asas tienen casi siempre sección sub-circular, con surco dorsal poco pronunciado, y una marcada depresión en la base que parece provocada por la presión del dedo del alfarero en un claro intento de asegurar su adhesión al cuerpo. Son, además, muy cortas y horizontales, dada la escasa longitud del cuello, la amplitud de los hombros y la “violenta” inserción del primero en el segundo.
Los ejemplares completos de los pecios de Illes Formigues I y Cala Bona I (Martín Menéndez, 2008) muestran un cuerpo de perfil apuntado con hombros anchos y rematado en un pequeño pivote macizo, morfología que recuerda con carácter general a la de las mal definidas Dressel 25, cuya producción se duda en atribuir al Egeo o al sur de Italia y, sobre todo, a las ánforas del tipo IV de Apani (Palazzo, 1988, tav. XXIX.3) o nº 2 del pecio Cap Gros “C” (Gauthier y Joncheray 1993, 178), suponiendo que este último ejemplar sea una producción brindisina.
Las Ovoide 5 tampoco pueden ya confundirse, ni siquiera ante pequeños fragmentos de borde, con las Dressel 12, por más que algunos ejemplares republicanos similares a Dressel 12 presenten también un anillo en la base del borde, pues este último elemento es en estas últimas redondeado u ovalado, muy diferentes del perfil macizo de los bordes de Ovoide 5; finalmente, las pastas cerámicas de las ánforas similares a Dressel 12 con baquetón en el cuello no corresponden, en lo que se conoce, con la de las del bajo Guadalquivir, sino más bien con las de la costa del Estrecho, mientras que la mayoría de las Ovoide 5 presentan pastas propias del valle de este río.