Respecto a la petrografía de los fragmentos, conviene destacar que toda la producción cerámica realizada en Rasero de Luján presenta un notable índice de coincidencia, con una característica homogeneidad al nivel de las pastas. La misma matriz está presente sin apenas alteraciones en las ánforas, cerámicas comunes de mesa y de almacenaje.
Éstas se caracterizan por ser bastante duras, con la superficie porosa, inclusive algo pulverulenta, suave al tacto, con una coloración ocre amarillenta (10 YR 8/3). El análisis de las fracturas revela un color interior algo diferente, con tonalidades más marrón claro o marrón rojizo (10YR 6/3 y 6/4).
Se trata de una pasta bastante depurada, en la que prácticamente no se aprecian desgrasantes visibles. Los escasos y diminutos desgrasantes añadidos documentados se componen sobre todo por materiales con dimensión inferior a 1 mm.
Pasta cerámica de textura uniforme y aspecto esponjoso, conglomerado artificial con clastos de cuarzo de fractura concoide, abundantes cristales de calcita y esporádicos cristales de feldespato aristados, todos ellos de tamaño similar. La masa que traba los cristales descritos está formada por acúmulos de óxidos de hierro rodeados de carbonatos que le dan aspecto celular (“cloissoné”) y arcillas tipo ilita con pequeños cristales de cuarzo y carbonatos que impregnan toda la pasta y proporcionan, con luz polarizada, colores de interferencia fuertes. Se identifican algunos minerales opacos y oquedades (oscuras en luz polarizada). Se aprecia con gran claridad la presencia de engobe carbonatado en la muestra (García Giménez, 2012).
Figura 3.- Fragmentos de ánforas Tipo Segobriga / Oberaden 74 similis recuperadas en Rasero de Luján (según Almeida y Morín, 2012) |