Este tipo anfórico se documenta desde finales del siglo III d. C. o principios del siglo IV d. C., manteniendo una presencia destacada en los mercados durante los siglos IV y V (Keay, 1984, 193-198; Remolá Valverdú, 2000, 132-133), siendo suplantada paulatinamente en la segunda mitad del siglo V d. C. por nuevas series de ánforas norteafricanas son las formas Keay XXXV, XXXVI o LV (Keay, 1984, 212). Desconocemos el caso concreto de la producción de El Mojón, pero ha de ser muy similar.
Aunque se haya atribuido a esta forma un origen exclusivamente tunecino, se ha documentado una manufactura del tipo Keay XXV en el alfar de El Mojón, en la bahía de Mazarrón, sin lugar a dudas se trata de una producción local como lo atestigua su presencia en los desechos del testar.
En los últimos años se han indicado otros lugares de la costa hispana en los cuales se elaboraron contenedores derivados de la forma XXV, como son el alfar de Huerta del Rincón en Málaga (Baldomero et alii, 1997, 157) y presumiblemente en el valle del Vinalopó en Alicante (Reynolds, 2007, 42).