En la actualidad es muy escasa la información de que disponemos sobre el verdadero alcance comercial de estas imitaciones fuera del marco de la bahía gaditana, donde parecen omnipresentes tanto en factorías salazoneras (Bernal, García y Sáez, 2013) como en contextos ligados a la necrópolis tardopúnica (Niveau, 2009, 117-122), además de su nutrida representación en las alfarerías diseminadas por su territorio insular meridional. Como ya señalamos, es probable que sólo la definición muy reciente de esta producción justifique estos amplios vacíos en su mapa de distribución, al menos en el ámbito regional y atlántico, mercados y rutas preferentes del comercio gaditano tardopúnico.
En cualquier caso, existen ya algunos primeros indicios que permiten considerar que en un futuro no lejano esta difusión de las imitaciones gaditanas de grecoitálicas generará mapas tupidos. Por un lado, su identificación en horizontes mauritanos de Russadir (Villaverde, 2003), y por otro en niveles de mediados/segunda mitad del siglo II en Baelo Claudia (Bernal, Arévalo y Sáez, 2007) y Olisipo (Pimenta, 2005), intuyéndose así una amplia distribución tanto hacia la fachada atlántica peninsular como hacia la mitad mediterránea del área del Estrecho. Se trata de envases todos ellos incluidos entre las versiones de imitación más evolucionadas, ya cercanas a los primeros perfiles encuadrables en el tipo Dr. 1 (figura 2b), por lo que por el momento la distribución de las interpretaciones gaditanas anteriores al segundo cuarto del siglo II nos es completamente desconocida. De igual modo no es posible valorar actualmente la posible participación de las imitaciones fabricadas en otros centros costeros de la Ulterior en el comercio regional o internacional, aunque si consideramos la notable expansión de sus herederas (Dr. 1C selladas de El Rinconcillo) cabe no descartar un papel más relevante del que las evidencias disponibles permiten sospechar.
Se trata de uno de los aspectos más controvertidos y debatidos hasta el momento en relación a estas series de imitaciones occidentales, aunque sorprendentemente el conjunto de datos empíricos enjuiciables es inversamente proporcional a esta relevancia historiográfica. Desde los trabajos de Étienne y Mayet (1994) centrados en el contenido de las Dr. 1C documentadas en los niveles preaugústeos de Baelo Claudia, parece haberse extendido y enraizado la opinión general a favor de una estrecha relación entre las interpretaciones de envases itálicos en este rincón extremo-occidental y el transporte salazonero.
En este marco, y dados a conocer las primeras certezas sobre la producción de grecoitálicas en Gadir y la presencia en ellas de sellos alusivos a la industria conservera (De Frutos y Muñoz, 1994), dicha opción parece monopolizar el panorama historiográfico general (García Vargas, 1996 y 1998, 69-71; Pérez Rivera, 2002, 229), habiéndose resaltado la ausencia de evidencias físicas de paleocontenidos o de analíticas arqueométricas específicas (Ramon, 2004). En los últimos años el panorama se ha mantenido estable en estos parámetros, continuando este predominio precario de la interpretación de estos contenedores como salsarios (Sáez y Díaz, 2007; Sáez, 2008a-b), sin que se hayan registrado novedades arqueológicas de contenidos indudablemente primarios que puedan arrojar luz en el debate (ni siquiera en ejemplares completos rescatados en el fondo de pozos; vid. Niveau, 2009, 75-76).
Cabe ser, por tanto, muy cautos aún en una adscripción única e inequívoca, pues nada impide que la actual ecuación envase-contenido pueda estar encerrando una realidad mucho más compleja. Es bien conocido que los prototipos itálicos que sirvieron de modelo alternaron, especialmente en sus versiones más tardías (Constantini, 2006), contenidos vinarios y salsarios (con una enorme predominancia de los primeros), tendencia que pudo ser similar -o inversa- en el ámbito gaditano o en general extremo-occidental. La presencia del sello del ejemplar más antiguo de Torre Alta, aunque significativa, no puede hoy utilizarse como un indicador fiable en este sentido, ya que el desciframiento del significado concreto de estas marcas está lejos de concretarse y podría en realidad no tener relación alguna con el contenido (Sáez, 2007; 2008a).