A pesar de encontrarse siempre en cantidades poco elevadas, puede decirse que durante el periodo augusteo y época julio-claudia se documentan en yacimientos repartidos por todo el mundo romano. Aparte del ámbito sudhispano y del círculo del Estrecho, destaca su presencia en un buen número de contextos de Europa Septentrional, destacando su constatación en campamentos militares tan tempranos como el de Dangstetten, Rödgen u Oberaden. Igualmente, su presencia está documentada en núcleos civiles como Mainz, Augsburg y puede que en Augst, donde supuestamente se encontraría el único ejemplar con restos de sellado del que se tiene conocimiento (Martin-Kilcher, 1994). En la cuenca del Ródano y su desembocadura también está constatada la presencia de estos envases, principalmente en la región lionesa. Igualmente las Dressel 12 llegan a la mayoría de los centros importantes del Mediterráneo occidental, tales como Tarragona, Narbona, Ostia, Roma o Pompeya (Liou, 2001), e incluso encuentran difusión por el Mediterráneo Oriental como pone de manifiesto su presencia en Éfeso a mediados del siglo I d.C. (González Cesteros, 2012).
El principal contenido fueron las salazones y salsas de pescado y en este sentido conviene indicar su lugar de fabricación, ya que los alfares donde se tiene constancia de su producción en la Bahía de Cádiz y la de Algeciras, están estrechamente ligados con la industria conservera piscícola.
A raíz de las inscripciones en tinta documentadas parece que serían las salsas hechas a base de caballa (Scomber) las que envasaría en mayor cantidad, destacando por encima de todas el Garum. Esta información, junto con el escaso porcentaje que ocupan dentro del conjunto de ánforas salazoneras en los yacimientos donde su presencia está documentada, indican el uso de las Dressel 12 preferentemente como envase para salsas de alta gama.
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