Distribution

Se observan tres grandes ejes, geográfica, política y económicamente distintos, en la distribución “comercial” de este tipo anfórico durante los años de su vida útil “de servicio”.

  • En un primer nivel de distribución que podemos definir como inmediato, se pueden encontrar varios contextos con el tipo en cuestión, tanto en las actuales Sevilla (Hispalis) y Carmona (Carmo: García Vargas, 2012: 8), como en yacimientos de las provincias actuales de Córdoba y Cádiz con cronologías  de mediados y la segunda mitad del siglo I a.C. dedicados a actividades extractivas/mineras o alfareras: Ermita de San Sebastián, El Piconcillo y Calamón (Domergue, 1987), todas en la provincia de Córdoba (las tres estaban fechadas en entre la segunda mitad del siglo I a.C. y inicios del I a través de un elemento común, las Dr 7-11. En todas ellas los conjuntos cerámicos se componen sobre todo por Dr 1 de procedencia itálica y algunas piezas clasificadas como Dr. 7-11, que parecen documentar casos claros de Ovoide 4. Por tanto, deben retrasarse las referidas cronologías basadas en la presencia de los tipos salazoneros.); o los alfares de la Calle Troilo (Niveau de Villedary y Blanco Jiménez 2007, 216; fig. 10.1-2) o de Rabatún, en Jerez de la Frontera (García Vargas y López Rosendo, 2008, 295; fig. 10.4). Comparece igualmente en áreas portuarias como la de Hispalis (Sevilla) para fechas del tercer cuarto del siglo I a. C. (Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla).
  • Una segunda región de “mercado” es el Occidente peninsular, especialmente los escenarios relacionados con el proceso de conquista tardío (Almeida, 2008), pudiendo documentarse casi de manera sistemática en todos los yacimientos con ocupación militar clara atribuible a la segunda mitad del siglo I a.C. Estos incluyen sitios militares propiamente dichos como Santarém o Lomba do Canho, pero también oppida más antiguos con presencia de efectivos in situ o en las cercanias, como pueden ser Mesas do Castelinho o Castro Marim, así como  varios de los castros del norte de Portugal y de la actual Galicia. Por último, y relacionado también con lugares “militarizados”, el tipo Ovoide 4 está siempre presente en los castella o establecimientos similares, de la cuenca del Guadiana (por ejemplo,  Castelo da Lousa), en la zona circundante a Ebora (los recintos ciclópeos y los fortines del actual Alentejo Central (Mataloto, 2008), y en los metalla del suroeste ubicados en la cuenca del Odiel (Pérez Macías y Delgado Domínguez 2007. En Cerro del Moro -Nerva, Huelva-, creemos que algunos de los fragmentos clasificados como Haltern 70 en realidad se corresponden con Ovoide 4 (Pérez Macías y Delgado Domínguez, 2007, 153; fig. 6.1,3,4 y 6).
  • La tercera zona sería la mitad oriental de la Península. En esta gran región se verifica su presencia en yacimientos de naturaleza “militar” como Pozo Sevilla, aunque son más frecuentes en los oppida romanizados, especialmente en el sureste, en núcleos urbanos importantes como Tarragona (Ruiz de Arbulo, Mar, Roca y Díaz Avellaneda, 2010; Gebellí Borras y Díaz, 2001; Díaz García y Otiña Hermoso, 2003) y en algunos yacimientos rurales como El Vilarenc (Revilla Calvo, 2010).

Finalmente, no hay que olvidar los pecios que no constituyen en sí una zona, aunque sí debemos entenderlos como puntos intermedios hacia las dos anteriores, particularmente la tercera). Es el caso de los de Illes Formigues 1, Cala Bona 1 (figura 2), Titán o Grand-Conglué 3 que, en conjunto, certifican de forma incuestionable la circulación de estos contenedores hacia mercados extra-peninsulares, configurándose la Galia meridional y sus principales ejes de penetración fluviales un mercado civil emergente ya en el tercer cuarto del siglo I a.C. (horizonte 1 del santuario de Cybèle en Lyon: Lemaître, Desbat y Maza, 1998, 55).

Figura 2.- Ovoide 4 del pecio de Cala Bona e Illes Formigues (Martín Menéndez, 2008)

 

Content

La proximidad tipológica a la Haltern 70 hace suponer derivados de la uva, entre ellos, tal vez el vino. No existen evidencias literarias, epigráficas, analíticas o de paleocontenidos, pero, dadas las características generales de la producción anfórica del Guadalquivir para tiempos tardorrepublicanos, no se pueden descartar otros contenidos, tratándose de un contenedor plurifuncional. No obstante, las producciones derivadas de la vid (vino, defrutum, sapa, olivae ex defruto…) debieron ser mayoritarias.