Con total seguridad están siendo producidas a lo largo de todo el s. III, desde época severiana inicial en la costa de Granada (Bernal, 1998, 266) hasta finales de siglo en dicho taller alfarero y en el ya citado Cabrera III. Está atestiguada su manufactura durante el s. IV y perdura hasta momentos indeterminados del s. V, quizás mediados de dicha centuria, siendo difícil distinguirla en ejemplares fragmentarios de algunos bordes de la Keay XVI.
En Baetica se conoce su manufactura al menos en los talleres de Los Matagallares y la Loma de Ceres en el litoral granadino (Bernal, 2001, 286). No obstante, le presencia de sellos en el Cabrera III en algunos ejemplares análogos a los de las Keay XVI selladas augura un incremento de la nómina de figlinae a corto y medio plazo. Para distinguirlas de las producciones lusitanas, en el estado actual de la investigación, es necesario recurrir al estudio macroscópico de sus pastas.